jueves, 27 de enero de 2011

Grandes Sagas (de ayer y hoy): Rambo



Bien, sigamos con el rollo ochentero, y es que aunque algunos no estén de acuerdo, las mejores y/o más recordadas sagas son de los 80, algunas de ellas comenzadas antes, casi todas finalizadas después (ya sea en los 90, en los 2000 o aun activas).
Vamos con Rambo, una saga que mencioné el otro día en Mad Max, y es que al margen de las películas, de la cantidad o calidad de ellas, de los argumentos o de la idea general de la saga, lo que se recuerda de esta saga es su protagonista, John Rambo. Pero además hay otro punto curioso, y es que a Rambo se lo asocia con una imagen y un comportamiento que no se corresponden con la primera película (titulada Acorralado (First Blood)). Y es que, aunque la primera película es buena, no magistral, ni muy buena, es simplemente buena y disfrutable; deja entrever al final, que Rambo es un soldado de habilidades extraordinarias, y esto, unido al despiporre de acción (muchas veces sin ton ni son) de las siguientes entregas, dieron al mundo una imagen de Rambo que molaba más, y es por eso que la primera película, la mejor de las 4, no es apenas recordada y en cambio las siguientes 3 sí que lo son (al menos, la imagen que cualquiera pueda tener de Rambo, incluso sin haber visto ninguna, es la de las 3 secuelas).

Acorralado (1982):
Con el título de First Blood y dirigida por Ted Kotcheff (Este Muerto Está Muy Vivo), John Rambo hace su aparición en los cines en 1982. Se trata de un joven simplón que recién llegado de Vietnam se dirige a pie a su casa. A la llegada a un pueblo cualquiera en mitad de bosques y montañas el sheriff le dice que se largue antes de haber entrado siquiera, diciendo que no quiere problemas. Rambo no hace ni caso y entra en el pueblo, solo busca comer algo y descansar antes de seguir su camino, pero el obstinado sheriff lo detiene. En la comisaria empezara a sufrir abusos por parte de los ayudantes del sheriff, y su inestable cabeza le hará recordar momentos vividos en Vietnam, lo que despertará el brutal comando que lleva dentro, y escapará de sus agresores, huyendo al bosque.
El sheriff, cabreado, ira tras él para hacérselo pagar, situación en la que accidentalmente muere un hombre al caer del helicóptero, y a partir de aquí todos los efectivos se dedicaran a atrapar a Rambo, acusado de asesinato. Para tratar de detenerlo llamaran al Coronel Trautman, su jefe en Vietnam, que les revelara que Rambo es un comando especializado en guerra de guerrillas, que además se encuentra en su elemento en esa zona boscosa.
Y como vaticina Trautman, así es, tenemos media película consistente en Rambo poniendo trampas, moviéndose por el bosque mientras se encarga de los ayudantes del sheriff. Se trata de una película a mi parecer bastante entretenida, y bastante infravalorada, de hecho, es relativamente buena, nada que ver con los desmanes del Rambo de las siguientes entregas. Destacar a uno de los jóvenes ayudantes del sheriff (el primero en llevarse una hostia de Rambo), nada menos que David Caruso, el Teniente Horatio Caine (ay si te pillase ahora Rambo… la que te daba…).
 
Rambo: Acorralado 2 (1985):
Y en mi amado 1985 llega la segunda entrega, la que por primera vez incluye el nombre de Rambo en el título, dirigida por George Pan Cosmatos (Cobra, el Brazo Fuerte de la Ley, ahí es nada).
Si en la primera película el Coronel Trautman hablaba de la capacidad como comando especial de Rambo, cosa que vimos demostrada en parte contra los ayudantes del sheriff, no lo vimos realmente en acción, en su elemento, esa imparable máquina de matar.
El caso es que Rambo es excarcelado para que cumpla una misión, infiltrarse en Vietnam y reconocer el terreno para un posible rescate de prisioneros. El caso es que una vez allí las cosas no saldrán como estaba previsto, armado con su cuchillo y sus flechas explosivas. Inicialmente se le dice que no ataque al enemigo, pero una vez desmadrada la cosa, Rambo prácticamente enloquece y empieza a cargarse todo lo que puede, intentando eso sí, ser el héroe que rescata a los prisioneros.
O sea que ya tenemos el circo armado, el que se hubiera quedado con ganas de ver a Rambo en acción en la primera (en verdadera acción) aquí lo tiene, actúa mal, corre raro, mata mucho y grita, de hecho grita mogollon!. Lo más memorable de la película es ese finalazo, cuando se baja del helicóptero, agarra la metralleta y … mejor verlo en video.





Rambo 3 (1988):
Año 1988, nos olvidamos totalmente de First Blood, la saga pasa a denominarse desde ahora y para siempre Rambo, a secas, en esta tercera película que durante muchos años sería la última, y de hecho la más memorable.
Resulta que Rambo vive pacíficamente, ayudando a gente pobre, cuando es informado de que los rusos han secuestrado al Coronel Trautman en Afganistán. Trautman! Por Dios!! Más que un amigo para Rambo, más que un padre!! Y allá que va, él solito, se marcha a Afganistán, con su cuchillo y su arco, y las flechas explosivas, y como está en Afganistán y los rusos son los malos (pero malos malísimos oye), solo queda una alternativa, vayamos a por los Talibanes, los buenos, esos heroicos guerreros de Alá que luchan por la liberación de Afganistán del yugo soviético, un noble pueblo oprimido que lucha por su libertad.
Con un argumento que bien podría ser un videojuego, Rambo, acompañado de un chaval, se infiltra en la base soviética para liberar a Trautman, que como era el jefe de Rambo, también es un borrico, y soporta todas las torturas a las que es sometido, incluso soltando chistes (esto era lógico no?, si un ruso que te tortura te pregunta “donde están las armas”, la respuesta SIEMPRE será “en tu culo”), es más, cuando llega Rambo ya se ha escapado él solito, pues menudo es Trautman. El caso es que Rambo resulta herido, pero eso poco importa, porque aunque te atraviesen un riñón, cualquiera sabe que cauterizando la herida puedes seguir corriendo y matando como si nada. Total, que después de destrozar la base soviética y de ser perseguido por unas extrañas cuevas, y después de encargarse, de forma magistral, por cierto, del musculoso secuaz del jefazo ruso (ese que en los videojuegos corresponde al “jefecillo” que va antes del “jefe final”). Así que el “jefe final” cogerá un helicóptero, y acompañado de un autentico ejercito tomara represalias con los talibanes. Pero claro, ellos tienen de su lado a Rambo, lo cual desequilibra la balanza.
Así que eso tenemos, una catastrófica película de acción, con rusos malos, talibanes buenos, Rambo el héroe, que actúa peor y corre aún más raro, que mata más que nunca, y cuyo argumento daría para escribir un libro, ya que tiene absolutamente todos los clichés de este tipo de películas. Y es que si bien cada género tiene sus “elementos típicos” esos de los que reírse, pocas veces tenemos ocasión de verlos totalmente reflejados en una película, pero esta los junta todos, absolutamente todos. Mala a rabiar, memorable como ninguna.

John Rambo (2008):
Y la tira de años después, concretamente 20, el propio Stallone se decide a recuperar a Rambo, escribe, dirige y protagoniza, toma ya! Total, que Rambo tiene 20 años más, pero ni se nota, merced a maquillaje, operaciones y efectos digitales Rambo sigue más en forma que nunca, y aunque siga con su pacifica vida en el sureste asiático, en el fondo sigue siendo la misma arma implacable de matar.
Resulta que aunque se opone, acaba siendo convencido por un grupo de misioneros para llevarlos a la frontera de Birmania, a llevar medicinas a unos refugiados del oscuro y terrorífico régimen político que gobierna este país. El caso es que una vez allí se tuercen las cosas, pero Rambo, en vez de largarse, como es un hombre-ONG armado con un machete y flechas explosivas, acabara salvando a todos.
Los tiempos han cambiado, los argumentos han cambiado, ahora no hay rusos, no hay vietnamitas, pero sigue habiendo malos, así que Rambo seguirá teniendo una excusa, sea la que sea y donde sea, para hacer lo mismo de siempre, y es patear culos. Una ambientación más oscura y una estética mucho más sangrienta que las anteriores, rozando el gore. Las artimañas son las mismas que siempre, y la pirotecnia es real, algo que se echa de menos en las películas de los últimos años, que cada vez más tiran de pirotecnia virtual. Así que es un agradecimiento a medias para Stallone, que aunque haga una película mala (en realidad es simplemente más de lo mismo, de hecho es mejor que la 3) al menos intenta hacerla de forma clásica, pero a medias, porque también cuando quiere mete efectos difitales.
Visto lo visto, con esta sucesión argumental, no me extrañarían inminentes secuelas en algun país centroafricano o en Corea del Norte.

Antes de terminar, es preciso hacer una importante aclaración. El público español (únicamente) está muy acostumbrado a la popular frase de Rambo “No siento las piernas” de tal manera que siempre van acompañados frase y personaje. Pues bien, en ninguna de las 4 entregas dice Rambo tan popular frase (que de hecho es anterior a la 4ª). Toda la confusión viene del programa “Esta Noche Cruzamos el Mississippi” presentado por Pepe Navarro. En este programa, con motivo de la inauguración de un Planet Hollywood, Santiago Urrialde se fue vestido de Rambo a la ceremonia, que contaba con Antonio Banderas y el propio Stallone, al que llegó a dar un abrazo. Durante todo el reportaje Urrialde no paraba de imitar cómicamente a Rambo, diciendo una y otra vez “No siento las piernas”, y es de ahí precisamente que todo el mundo acabara asociando la frase y el personaje.
Algunos incluso afirman haberla oído en la primera película, otro punto erróneo. Al final de la primera película Trautman encuentra a un enloquecido Rambo encerrado en un edificio, allí Rambo, entre alucinaciones, le contará una escena traumática que vivió en la guerra, cuando una granada mató a un amigo suyo al que seccionó las piernas, durante esta escena Rambo repite la frase “No encuentro las piernas”, frase muy parecida y verdadero origen de toda la confusión, pero que no se refiere de hecho a las piernas de Rambo, sino a las de su amigo.
Los puristas diran que dicha frase es de la película El Cazador, y tienen razón, en El Cazador se dice esa frase, tal cual, pero no es el origen de la relacion Rambo-NoSientoLasPiernas

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