sábado, 11 de diciembre de 2010

1985: Los Goonies (2 de 2) [6 de 7]



¡Atención, detalles del argumento!
Dejando a un lado el reparto, pasemos a la película. La cosa empieza como he dicho, una aburrida tarde en la que tras la fuga de los Fratelli, todos los Goonies se van reuniendo en la casa de Mickey y Brand. Esta escena introductoria resume a la perfección todos los elementos que marcaron esta generación de actores y esta época. Brand está haciendo músculos con un sinfín de aparatos (hoy bastante estrafalarios todos), mientras Mickey se queja de la expropiación de la barriada (bastante turbia en términos argumentales). Aparece bocazas, con un peine (no un peinecito no, un cepillo bien grande) con el que se peinara unas cuantas veces, pero no contento con el peine también trae una lata de Pepsi (¿las siguen fabricando?). Tras la aparición de Bocazas viene la del torpe Gordi, que antes de entrar en casa tendrá que hacer el supermeneo (consistente en hacer bailar sus lorzas), y para abrirle la puerta, mucho más rápido que caminar hasta ella es activar el sistema de “efecto dominó”, que incluye partes que deberían ser repuestas… y por cierto como coño había entrado Bocazas entonces? Finalmente aparece Data, otro que viviendo justo enfrente ve más cómodo tirarse contra la casa en tirolina.
Tras la hilarante escena en la que Bocazas “traduce” las ordenes de la señora Walsh a Rosalita en italiano (en el original es en castellano), acaban subiendo al desván y encontrando un amuleto y un mapa del tesoro de Willy el Tuerto, todo procedente de una exposición. Hasta aquí todo va bien, quitando que en la escena del desván la pareja de directores se columpian un poco incluyendo artefactos “molones” como las bolas de plasma y demás, que no obstante necesitan electricidad para funcionar y dudo que estuviesen permanentemente enchufadas en el desván, a pesar de lo cual, el efecto, a ojos de cualquier niño que vea la película, es alucinante.
Tras atar al hermano de una forma que recordaré toda mi vida, usando uno de esos aparatos de muelles para muscularse tan típicos de los 80, y salir corriendo de la casa al ritmo de Goonies ‘r Good Enough, interpretada por Cyndi Lauper, que además sale en la televisión de la casa, los Goonies se dirigen a la playa, en la que encontraran pistas que indican que el mapa puede ser auténtico. Aun así, sin mucha fe, se dirigen a un restaurante de verano con pinta de muy abandonado (punto que siempre me extraño que desconocieran, viviendo tan cerca, no tener ni idea de si el restaurante funciona o no resulta… dudoso cuanto menos). Los Fratelli se han escondido en el restaurante, que es además la base de operaciones para su operación de falsificación de dinero. Pero los chicos, ni cortos ni perezosos, a pesar de todos los indicios de que no deberían entrar allí, acaban entrando y creyendo, de forma forzosa, en la explicación de que el restaurante está abierto, que tomen algo y se larguen. Durante esta parte los Fratelli hablan entre sí en italiano, pero Bocazas, que hablo con Rosalita y traducía el mapa en italiano, parece no comprenderlos, error de la traducción, ya que tanto Rosalita como el mapa eran en castellano, en este punto los traductores podrían haberse dado cuenta y cambiar castellano con, por ejemplo, portugués, país además con una tradición naval más importante que la italiana, aunque dudo que tanto portugueses como italianos como españoles hubieran llegado a las costas de Oregón a esconder un tesoro.
Los Fratelli se largan y aparece la pareja femenina y también Brand, a buscar a Mickey. Y entonces comienza una de las partes que más gracia me hacen. Gordi, él solito, se hace dueño y señor de este segmento, en el que empieza a montarla rompiendo cosas (que llevan al descubrimiento del túnel) y luego encuentra, por olfato, helado en el congelador, para cavar encerrado en el con un cadáver, al final escapa, pero tiene la mala suerte de ser capturado por los Fratelli, que lo “torturaran” para que les cuente “todo”, y Gordi empezara a contarlo TODO, o sea, todas las cosas malas que ha hecho y de las que se arrepiente. Entre las historias hay cosas como que tiro a su hermana por las escaleras y echo la culpa al perro, que vomito en su chaqueta, luego fue al cine, y tiro el vómito encima de la gente desde el gallinero, provocando que todos empezasen a vomitar. Finalmente será encerrado con Sloth, que está atado con cadenas, y su mutuo gusto por el chocolate llevara a que se hagan amigos, dejando la escena que más me ha gustado siempre, la presentación entre Sloth y Gordi, en la que el brutote de Sloth tumba a Gordi al presentarse al estilo Tarzan. Ambos se liberan de las ataduras y Gordi llama a la policía, pero el Sheriff no le cree porque no era la primera vez que llamaba contando historias absurdas, como que el pueblo había sido invadido por criaturas que mutaban al echarles agua (guiño a los Gremlins y al guionista de ambas películas, Columbus).
Mientras tanto los chicos han ido por el túnel, encontrando una zona con un montón de tuberías de un club deportivo, en el que sembraran el caos (y algún que otro error de realización), y luego encontraran al famoso Chester Copperpot (personaje que inspira el disco El Viaje de Copperpot, de La Oreja de Van Gogh, y cuyo siguiente disco, A las 5 en el Astoria, hace doble alusión a unos cines y al pueblo de Los Goonies), el famoso cazatesoros que fue en busca de Willy el Tuerto y nunca regresó. Pero ellos siguen adelante motivados por haber llegado más lejos que Chester, y sorteando multitud de trampas llegan a la parte subterránea de un pozo de los deseos. El rato lo aprovecharan para ir a mear, cada uno por su cuenta (segmento también bastante gracioso, en el que Bocazas ve una moneda de Martin Sheen, confundiéndolo con Kennedy), y prosiguen, con los Fratelli muy cerca hasta llegar a la parte del órgano de huesos. Esta parte nunca la entendí muy bien, ya que las pasan canutas para abrir la puerta, y el obstáculo lo sortean demasiado fácilmente los Fratelli. Y tras un tobogán de agua llegan a la cueva en la que está el barco de Willy el Tuerto. Donner y Spielberg decidieron no mostrar a los chicos el barco, reproducido a escala real, hasta el rodaje de esta escena, así que lo que vemos en pantalla es la reacción natural del grupo al ver el barco terminado, desde luego todo un acierto por parte de los directores.
Finalmente llega la parte del barco, Mickey vuelve a ponerse bastante melodramático, profundo y melancólico, la verdad sin mucho sentido, porque realmente lo que dice, si uno lo piensa, es una auténtica sarta de tonterías. Durante esta parte la película toma un cariz bastante infantil, con la llegada de los Fratelli y la captura de los chicos, el resultado es que todo queda demasiado preparado. Por suerte aparece Sloth para salvar a los chicos y a la película, emulando a Erroll Flynn y luego a Superman, cuya camiseta lleva debajo (recordemos, Donner dirigió Superman unos años antes).
Finalmente la cueva se destruye, los chicos escapan, se reúnen con los padres, policías, Donner, prensa y demás. Acaban pagando la hipoteca de Los Muelles de Goon con unas joyas traídas del barco (punto bastante… confuso legalmente diría yo), y oímos a Data decir que la peor parte fue lo del pulpo, este “error” se corresponde con una secuencia con un pulpo que finalmente fue retirada (cosa comprensible, la escena en si podría ser interesante, pero dudo mucho que una de las trampas de Willy el Tuerto fuese un pulpo, que siguiese vivo siglos después o algo así).
Fin de los detalles del argumento
A la película, como puede apreciarse, se le pueden achacar ciertos defectillos, algunos son técnicos y otros son por exceso de infantilismo en una película que no debería serlo tanto (en esos momentos). No obstante, pasados por alto, el resto de la película es un entretenimiento muy bueno y muy ameno.
Se trata de una película que hay que ver a una determinada edad, y creo que también tuvo su época, por lo que supongo que vista hoy día, es difícil que encuentre el público adecuado. No obstante, entre finales de los 80 y principios de los 90, cuando apenas habíamos oído hablar de Internet, y aun salíamos a la calle a jugar y la televisión aún no se había visto invadida por la telebasura, fue cuando Los Goonies encontró su público idóneo, llegando a calar profundamente en una amplia generación. Personalmente, desde la primera vez que la vi (no recuerdo cuando), me di cuenta que era una de mis películas favoritas, y muchos años después, tras haberla visto un sinfín de veces, puedo reafirmar que es mi película favorita, de la cual sigo recordando todos los detalles, frases, personajes, y sobre todo, al entrañable Sloth, uno de los personajes del cine que más me han marcado.

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