domingo, 25 de diciembre de 2011

Nosolokaijus/ Grandes Sagas. Godzilla (Gojira)


Llegados a la entrada #100 en esta blog, tenía que dedicarlo a algo especial. Siendo la sección Grandes Sagas una de mis favoritas, aprovecho para continuar una historia que hace mucho tiempo deje un poco a medias, contando solo el comienzo.


Así que una vez recordado el origen, de donde surgió el monstruo, continuaré donde quedo el asunto, es decir, al inicio de la saga. La saga como tal es realmente compleja, ya que no es una saga hecha a base de continuaciones. El paquete completo consta de 3 sagas, llamadas respectivamente Heisei, Showa y Millenium, la primera consta de 15 películas, la segunda de 7 y la tercera de 6, es decir, en total 28 películas. Además hay otras 5 películas, accesorias, y que son casi necesarias de ver si se pretende ver la saga completa. La primera de estas películas accesorias es el montaje americano de la Gojira original, tan cambiado que es una película diferente (aunque en esencia lo mismo, pero resulta curioso ver las numerosas modificaciones). Después tenemos Mothra, Rodan y King Kong Escapa, las dos primeras fueron películas independientes de Godzilla, cuyos monstruos protagonistas acabaron siendo secundarios de la saga de Godzilla. King Kong Escapa, por el contrario, es una continuación de una de las películas de Godzilla con el secundario de protagonista. La saga desde entonces mantiene un hilo único hasta el final de Heisei, cuando Toho se desprende de los derechos del monstruo, que va a parar a USA, con la versión americana Gozdilla de 1998. Mothra, además, cuenta con otra saga Heisei paralela y propia de 3 películas.



SAGA SHOWA
Godzilla, Japón Bajo el Terror del Monstruo (1954)
Nace en 1954 el mito japonés, de la mano de Ishiro Honda, una película no demasiado holgada de presupuesto que se atrevía, apenas 10 años después, a mencionar el tema nuclear en Japón. A diferencia de lo que se cree, y con razón, debido a posteriores secuelas, Godzilla no es un lagarto mutante por la radiación, sino un cruce de Stegosaurio y Rex que se encontraba como hibernado en el fondo del mar, y fue despertado por unas pruebas nucleares del pacífico. La verdad es que la premisa es algo cutre, un cruce entre dos dinosaurios bastante diferentes que no resultan de una mutación nuclear, pues bueno, hay que creérselo, y por eso tenemos el bicho, que se parece a un Rex pero más gordo y con protuberancias en la espalda (aunque no parezcan las placas del Stegosaurio).
Dejando a un lado el verdadero origen del monstruo, lo que tenemos en cuanto a la película es la típica historia de ciencia ficción de principios de los 50, es decir, una película seria, en blanco y negro, en la que un monstruo gigante despierta por culpa de los militares. Inmediatamente entran en acción el protagonista, la chica y el científico. Cualquiera que haya visto unas 2 o 3 películas de la época, sabe como se desarrollará el argumento.
La película es seria, y desde luego no presagia el nivel bizarro y estúpido que llegarían a tener algunas secuelas, pero sienta las bases de lo que serían la mayoría de Kaiju-Eiga, monstruos gigantes, un ejercito incapaz, y muchas, muchísimas maquetas de una elaboración cuidada y asombrosa para que sean destruidas a placer por el monstruo.
Godzilla, King of the Monsters (1956), fue el título de la versión americana, que recortaba de 96 a 80 minutos, eliminando todas las alusiones nucleares que había en la versión japonesa. El protagonista, además, era un americano, claro, llamado Steve Martin. Vista la original, resulta del todo un desprestigio esta versión.

Godzilla Contraataca (1955)
Pero antes de la llegada de la versión americana, es decir, solo 1 año después de la original, apareció una secuela, que era una continuación directa y que recuperaba bastantes secuencias, aunque prescindía de su director, siendo en esta ocasión Motoyoshi Oda.
Godzilla parece resucitado por arte de magia, pero no es así, ya que no se trata del Godzilla original, ya que la primera entrega concluía diciendo “Sabe Dios cuantos más habrá”. De manera que tenemos otro Godzilla, otro monstruo idéntico que en su camino a Japón para hacer de las suyas y dejar un rastro de destrucción mientras se dirige a ninguna parte, se encuentra con Anquilas, otro Kaiju, salido de la nada, que es un Anquilosaurio gigante, vaya, que audacia, despachemos al bichejo y prosigamos hacia Tokyo.

Rodan (1956)
Un año después Honda dejó a su monstruo estrella para dedicarse a crear una factoría de monstruos, la idea parecía ser repetir la formula sin repetir el monstruo, inventando orígenes nuevos, para monstruos nuevos, con poderes diferentes, de manera que la destrucción, aunque fuera la misma, debía ser producida de formas diferentes. Para esta, que además fue la primera Kaiju-Eiga en color, se contó con Rodan, un Pterodactilo gigante surgido de una mina.
Mothra (1961)
Mothra seguramente sea la mejor Kaiju-Eiga de toda la época de entre los 50 y los 70. Apenas 3 películas habían dejado claro que aunque se intentase dar una explicación científica (o pseudocientífica) a la película, acababa haciendo aguas por todas partes, de manera que era mejor tirar por cierto rollo fantástico. El presupuesto además había aumentado así que los efectos especiales, concretamente las maquetas, eran bastante mejores. Mothra además resulta ser uno de los Kaijus mas curiosos, ya que en sus apariciones unas veces cuenta con su forma de larva y otras de polilla, en algunas incluso las 2 formas.
Mothra comienza como un huevo que llega a una playa, un huevo gigantesco del que sale una oruga que destroza todo a su paso, una oruga con la que solo pueden comunicarse dos diminutas gemelas que hablan simultáneamente. Esta oruga llega a Tokyo y elige la torre de comunicaciones para hacer su capullo y convertirse en una polilla gigante.

King Kong Contra Godzilla (1962)
7 años después de la segunda entrega, Godzilla vuelve por la puerta grande, nuevamente de la mano de Honda, enfrentándose nada menos que a King Kong, comprado a RKO en uno de los pocos casos en los que las franquicias salen de USA para ir a otro país. El tono de comedia/parodia comienza a abrirse hueco en la saga, y ya solo irá a peor. King Kong por un lado y Godzilla por el otro irán destruyendo cada uno por su cuenta hasta que se junten y se enfrenten.
King Kong Escapa (1967)
Tras 4 películas más de la saga de Godzilla, King Kong vio su propia secuela, otra mas que estaba a medias entre la comedia y la acción destructiva. Kong es el protagonista absoluto, aunque hay ciertos elementos del universo Godzilla, como el comandante Nelson, o algunos de los Kaijus que se enfrentan a Kong, además de algunas referencias a la película King Kong del 33, como la pelea con el Allosaurio. Esta es la primera de todas las Kaiju-Eiga en la que aparece un Mecha, se trata de Mechanikong, una versión robótica de Kong, y claro, suficientemente fuerte para hacerle frente.

Godzila vs Mothra (1962)
Volviendo al hilo general, la cuarta entrega nos acaba de sentar las bases de todas las películas siguientes, con alguna excepción, hasta nuestros días. Y es que a partir de aquí las películas consistirán en un argumento prescindible que solo servirá de base para enfrentar a diversos Kaijus contra Godzilla.
En esta Godzilla sigue siendo el malo, así que para intentar derrotarlo se recurre a Mothra, que ahora es el bueno, pero como no puede con él, tendrán que encargarse de la tarea sus 2 hijos en versión larva.

Godzilla vs King Ghidorah (1964)
Dado el nivel fantasioso al que estaban llegando las películas, resulta hasta asombroso que sea en la quinta entrega, y no antes, cuando se recurra a la existencia de alienígenas. Concretamente una civilización de Jupiter que alerta a la Tierra de la llegada del destructor King Ghidorah, uno de los pocos Kaijus que siempre fue malo en todas sus apariciones.
Para acabar con el no quedará mas remedio que contar con la acción conjunta de Godzilla, Rodan y Mothra, porque claro, ellos se pelean y destruyen, pero no vengáis de fuera a quitarnos nuestros juguetes, que Japón es nuestro, no de alienígenas. Lo que se echa de menos en esta son las clásicas maquetas, aunque de bichos va sobrada.

Godzilla vs Monster Zero (1965)
Y como ya estaba implantado y de moda el tema de los alienígenas, ahora una civilización, de más allá de Júpiter, pues tenemos otra más del mismo rollo, que se parece sospechosamente a la entrega anterior. Así que la civilización pide ayuda, y para dársela se envía a una pareja de astronautas, uno japonés y otro americano, para que acompañen a Rodan y Godzilla, que al parecer son los dos monstruos mas poderosos y capaces de enfrentarse al Monster Zero. Una vez allí se descubre el pastel, los alienígenas son los que atacaron Júpiter en la anterior entrega y el Monster Zero es King Ghidorah, así que con técnicas de control mental reenvian a la Tierra a los tres monstruos.
Tal vez esta fuera la ultima entrega visible, en cuanto a seriedad y nivel de ciencia ficción, con maquetas, peleas de monstruos y demás, una típica película de ciencia ficción de los 50, con todos sus elementos, aunque algo tardía.

Godzilla Contra los Monstruos del Mar (1966)
Como homenaje a Corman (teoría mía), en esta película el malo es un cangrejo gigante, llamado Ebirah, Godzilla tendrá que ir a luchar contra él, y Mothra deberá ir en su ayuda.
Cambio en la dirección, después de 8 películas seguidas, con la excepción de Godzilla Contraataca, Ishiro Honda cede el puesto en la dirección a Jun Fukuda, que tiene un debut bastante malo aunque acabaría haciendo películas interesantes. El caso es que la película es un sinsentido, con escenas copiadas de otras películas y tiene el único objetivo de que los monstruos se peleen entre sí, con una historia de humanos, como siempre, pero con demasiada comedia,  o más bien comedia con poca gracia.

El Hijo de Godzilla (1967)
Jun Fukuda repite en la dirección con otra aventura más de Godzilla, en la que tiene un hijo. Juntos, en una isla, se enfrentaran a mantis gigantes y tarántulas gigantes.
Ya va quedando claro el cariz “familiar” que va tomando la saga, lo cual más que hacerla entretenida, la hace aburrida y bobalicona, y supongo que lo niños japoneses de los 60 pensarían igual.

Godzilla Invasión Extraterrestre (1968)
Regresa Ishiro Honda para mantener el ritmo de a película por año. Como la saga se estaba yendo de las manos, se decide unificar a todos los monstruos que habían pasado por los estudios Toho hasta entonces, a saber, Godzilla, Minya, Mothra, Rodan, Anguilas, Spiega, Varan, Baragon, Gorosaurus y Manda.
Varias escenas de presentación de cada uno de los monstruos, escenas de peleas entre ellas y escenas de destrucción de ciudades (que se echaban de menos). Al final todos ellos deberán enfrentarse unidos al malvado Ghidorah.
Parece que la cosa mejora, y con respecto a las anteriores es cierto, pero es una mera ilusión.

Godzilla’s Revenge (1969)
La decima entrega de la saga es seguramente la peor de toda la filmografía de Godzilla y también de la de Honda. A falta de una historia de Godzilla, una como las anteriores, es decir, el monstruo por un lado y los humanos por otro, dos historias paralelas, en esta no tenemos nada de esto. Resulta que el protagonista es un niño, viciao a ver películas de Godzilla se imagina que vive aventuras en la isla de los monstruos con su amigo, el hijo de Godzilla, que ahora habla. Así que con esta estupidez de premisa y más de la mitad del metraje recortado de Godzilla Contra los Monstruos del Mar y El Hijo de Godzilla.

Godzilla vs Hedorah (1971)
La saga se intenta reencauzar un poco, con esta película dirigida por Yoshimitsu Banno. Se vuelve al cliché de siempre de inventar un monstruo nuevo, un pestilente llamado Hedorah, surgido del mar, que atacará Japón, defendido por Godzilla.
Pero el error es que el protagonista sigue siendo un niño, y además inserta escenas de anime, por lo que da la impresión de ser un manga adaptado al cine. Y muy malamente, por cierto.

Godzilla vs Gigan (1972)
Con el tono de serial infantil para TV que se había adueñado por completo de la saga, ni la vuelta de Jun Fukuda a la dirección podía sacar esto adelante. King Ghidorah vuelve a la carga, con un nuevo aliado, Gigan; a ellos se enfrentarán Godzilla y Anguirus.

Godzilla vs Megalon (1973)
Si en los 60 el tema recurrente en la ciencia ficción japonesa eran las civilizaciones alienígenas, en los 70 fueron las civilizaciones submarinas, y no podían menos que hacer su aparición en Godzilla. De manera que si la civilización submarina manda a Megalon y a Gigan para conquistar el planeta, unos científicos inventan a un rival digno, un robot (muy parecido a Inframan, y al que aumentan como por arte de magia para que sea del tamaño de Godzilla). Total que el pseudoinframan contacta con Godzilla y juntos machacarán a los monstruos.
Es más de lo de siempre, situado en un nivel ligeramente por encima de las lamentables entregas anteriores.

Godzilla vs Mechagodzilla (1974)
Fukuda sigue al mando de la saga, y es curioso que se tardase 7 años en inventar a Mechagodzilla, ya que Mechanikong había aparecido en el 67. Así que los dos monstruos se enfrentarán en una película que sigue, lamentablemente, ofreciendo el mismo aire ingenuo e infantil, o más bien estúpido.

El Terror de Machagodzilla (1975)
Decimoquinta y última entrega de la saga Showa, rodada 20 años después de la original y con Ishiro Honda dirigiendo, nuevamente, para la que sería su última película de su monstruo estrella.
La pena es que esto no es premeditado, sino que la saga se cancelo después de esta entrega, así que esta no es un digno final, como cabría esperar de Honda, simplemente es una más, otra entrega que pasa sin pena ni gloria y que resulta un colofón bastante lamentable.



SAGA HEISEI
El Retorno de Godzilla (1984)
Un parón de casi 10 años fue necesario para que Toho replantease la saga y decidiera relanzarla, en los 80, de la mano de Koji Hashimoto. Para la nueva saga, se cuenta con un disfraz nuevo para el monstruo, que esta vez tiene un origen nuclear, y como eran los 80, hay numerosas referencias a la Guerra Fría. Se deja de lado la fantasía, el futurismo, las civilizaciones extrañas, y sobre todo, el infantilismo.
Gozdilla vuelve a ser malo, como en la primera entrega, y el argumento, como se puede esperar, es realmente un remake de la primera entrega. Hay que entender que no es como la primera, ya que distan 30 años, pero esta tiene bastante gracia, esta bien hecha, ambientada en los 80, y dentro de lo que es el argumento no se sale de madre en ningún momento.

Godzilla vs Biollante (1989)
Teniendo 15 películas la primera saga, es evidente que los productores debieron pensar en el remake del 84 como el inicio de una nueva saga, por lo que no se entiende que esperasen 5 años para sacar la segunda parte. El monstruo Biollante es un mutante mitad planta mitad Godzilla hecho a partir de células del cadáver de Godzilla de la primera entrega, que revive como por arte de magia, echando al traste toda la seriedad que planteaba la primera entrega.

Godzilla vs Kong Ghidorah (1991)
A partir de la segunda entrega, la nueva saga volvería a ser un no parar de a película por año hasta la extenuación. Se recupera a King Ghidorah, el malo recurrente de la saga Showa.
La nueva saga, lamentablemente vuelve a caer en los errores de la original, con unos tipos que vienen del futuro, capturan a Godzilla y cuando lo tienen fuera de juego se sacan a Ghidorah de la manga y ala, a destruir Japón.

Godzilla vs Mothra (1992)
Para no dejarse los sesos pensando en nuevas películas, los productores decidieron ir haciendo remakes, con más presupuesto, de las originales. Así que con un principio calcado a Indiana Jones, se reinventan la película de Mothra. Esta vez además de Mothra, está su némesis, Battra.
Todas estas películas se dejarían ver como remakes decentes de las que fueron las mejores películas de la saga original, si no fuera porque se alternan los ratos serios con ratos estúpidos al estilo de las peores películas de la saga original.

Godzilla vs Mechagodzilla (1993)
Mechagodzilla entra en acción, aunque la originalidad es poca, la película recuerda mucho a Rodan, El Hijo de Godzilla y alguna otra. La diferencia es que como en la saga Heisei Godzilla es siempre el malo (no como en Showa que fue de malo a bueno), pues Mechagodzilla resulta ser un arma del gobierno para combatirlo.
Lo más lamentable de la película seguramente sea ese final mezcla de Transformers y El Imperio Contraataca.

Godzilla vs Space Godzilla (1994)
Pues resulta que en Godzilla vs Mothra se advirtió que un meteorito se dirigía a la Tierra, pero como el tema en el momento era otro, no se hizo mucho caso. Este meteorito resulta ser Space Godzilla, que es una mezcla de Godzilla y meteorito, un bicho tan duro que es capaz de gritar en el espacio.
Aunque la historia humana que suele acompañar a estas películas es ciertamente estúpida y aburrida, al menos la parte de los monstruos resulta espectacular y bastante entretenida. Abundan las peleas, lo que básicamente es el ingrediente estrella en las Kaiju Eiga.

Godzilla vs Destoroyah (1995)
Para la séptima y última entrega de la saga Heisei se inventan al peor monstruo inventado hasta el momento, que como se deduce del nombre, Destoroyah, es un autentico demonio, un bicho de mucho cuidao. El problema es que Godzilla, como todo artefacto nuclear japonés, esta sufriendo una fusión de núcleo y su radiactividad es inestable. Así que para calentar, Destoroyah se enfrenta primero a Junior, el hijo de Godzilla, y después de despacharlo ya se enfrenta al padre.
Lo más curioso de la película es que al verla en la versión con audio en inglés podemos escuchar claramente como pronuncian “nucular” en vez de “nuclear”, un problema que parece ser bastante común. [en el episodio de Los Simpson en el que Homer sirve en un submarino, la palabra “nucelar” es “nucular” en el original].



Godzilla (1998)
Tras el fiasco que suponía mantener una saga con películas cada año sin ningún tipo de rigor cinematográfico, Toho se desprendió de los derechos del monstruo, que fue a parar a Columbia. En un intento de mantener el nivel de disparate se puso a la dirección a Roland Emmerich, así que el despropósito estaba garantizado.
Las nuevas generaciones puede que solo conozcan a Godzilla por esta película, y no sepan apenas de la existencia de más películas japonesas que precedieran a esta. Tal vez tengan una vaga idea de una posible existencia. Y es lamentable, porque esta entrega es de las peores.
La verdad es que tiene poco o nada que ver con algo de la historia original de Godzilla, aunque si que mantiene algunos rasgos comunes. Igual que en la saga Heisei, se le atribuye un origen nuclear (en Showa no era el origen, sino el motivo que despertó al monstruo). Pero claro, si en las versiones japonesas las pruebas nucleares las hacían los americanos, en la versión americana las pruebas nucleares solo podrían ser obra de franceses (no se dice implícitamente, pero una marsellesa de fondo y una cuenta atrás en francés que termina con una explosión nuclear son mas que evidentes).
A partir de ahí, tenemos el despropósito de soltar a Godzilla en pleno Nueva York (recuerdo del origen primigenio del monstruo). Pero las estupideces se suceden continuamente. Desde que Godzilla se parezca a un Rex de Parque Jurásico (pensarían que así los americanos lo tomarían mas en serio, mas que el torpe y gordo disfraz habitual en Japón). O pilotos de helicóptero que solo saben huir de Godzilla en línea recta y manteniendo la altura, por si quiere morder, que muerda, y parecen ignorar que un helicóptero puede ascender.
El caso es que se cargan a Godzilla muy pronto, así que algo hay que inventar, y como buena copia de Parque Jurásico, sacan un montón de hijos de Godzilla cuyo comportamiento es sospechosamente parecido a los velocirraptores (pero con ciertas y evidentes deficiencias mentales).
Emmerich deja la puerta abierta a una continuación que, por suerte, nunca llegó.



SAGA MILLENIUM
Godzilla 2000 (1999)
Pero Toho, después de la fatal versión americana, decidió recuperar los derechos e iniciar una nueva saga con la llegada del nuevo milenio. De la mano de Takao Okawara, director de 3 películas de la saga Heisei, llega este nuevo comienzo, que no es un remake de la original, sino una continuación de todo lo anterior. Godzilla reaparece, con nuevos efectos especiales, y paralelamente aparece una nueva amenaza, una piedra que surge del fondo del mar para acabar transformándose en un monstruo que combatirá con Godzilla. Curiosamente, la película resulta de las más entretenidas de la saga.
Si alguien esperaba un Godzilla digital, quedará defraudado, porque sigue siendo un disfraz, y de hecho, el grito sigue siendo el de siempre.
Esta película tiene un punto curioso, hay un momento en el que un OVNI se planta encima de un edificio y lanza un rayo para destruirlo. La secuencia recuerda sospechosamente a Independence Day, que, recordemos, fue dirigida por Roland Emmerich.

Godzilla vs Megaguirus (2000)
La segunda entrega de la saga ya resulta ser totalmente un despropósito, y es una pena, porque una vez mas el intento de recuperar a Godzilla acaba en el habitual exploitation. Lo peor no es el argumento, que recuerda mucho a las primeras películas de Showa, sino los elementos argumentales de pseudociencia que se introducen, que ya podrían resultar ingenuos allá por los 50, como una maquina que crea agujeros negros, que se inventa para destruir a Godzilla.
Ah, claro, como siempre hay un nuevo bicho dispuesto a dar guerra a Godzilla, y se llama Megaguirus.

Godzilla, Mothra & King Ghidorah, Giant Monsters All-Out Attack (2001)
Viendo el título, cualquiera podría pensar (y debería) que es una de aquellas películas de los 60, en las que sin argumento alguno se plantaba un escenario, se cogían varios monstruos y se peleaban entre ellos.
Pero resulta ser de 2001, y olvidando por completo todas las películas existentes, nos plantea un argumento que es secuela directa de la película de 1954. Godzilla reaparece, y lo hace con una brutalidad inusitada, con explosiones, muertos y destrucción allá por donde pasa. Como Godzilla es el malo absoluto de la película, Japón recurre a tres monstruos milenarios que defendían la isla en estos casos, Mothra, King Ghidorah y Barugon.

Godzilla vs Mechagodzilla (2002)
Como la anterior entrega había roto toda la posible (aunque apenas existente) continuidad de las sagas, resulta más simple hacer argumentos sin tener que recurrir a referencias anteriores. Se hace, no obstante alguna referencia a algunas películas de los 50-60, como la Godzilla original, Mothra o las películas del monstruo Frankenstein (no se trata del Frankenstein de Mary Shelley, sino de un Kaiju, algún día le dedico un combinado Saga-Kaiju-Bizarrada, porque tiene lo suyo).
Para meter un poco de cordura, se aclaran ciertos puntos de la original que se habían perdido con el ir y venir de secuelas, a saber, el Godzilla original, el primigenio, muere en la primera entrega, pero se comenta que podría no ser el único, así que el Godzilla de esta entrega es “otro” Godzilla de iguales características. Los huesos del Godzilla original seguían en el mar, así que los usan como base para construir al Mechagodzilla, que la verdad resulta bastante espectacular.
No obstante, la espectacularidad que ofrecen en algunas peleas la compensan metiendo escenas cortadas de la saga Heisei (ahí, ahorrando presupuesto).

Godzilla, Tokyo SOS (2003)
La quinta entrega de la saga pasa sin pena ni gloria ya que ofrece lo que cualquiera de las habituales en Showa o Heisei, es decir, argumento simplón y peleas sin más entre los monstruos de siempre, que en este caso resultan ser Godzilla, Mechagodzilla y Mothra. Mothra resulta ser tan torpe como siempre, a pesar de tener la ayuda de sus dos amigas, las gemelas liliputienses.

Godzilla Final Wars (2004)
La última entrega de la última saga, y la última hasta el momento, llega justo el año del 50 aniversario del Godzilla de 1954. La película parece sacada con intención de aprovechar el aniversario y poner un colofón medianamente digno mientras se replantea la saga y se confirma la nueva versión prevista para 2012. Como cabe esperar, resulta ser una vuelta a los orígenes, en la que Godzilla vuelve a ser bueno, el aliado de Japón, que deberá enfrentarse a un sinfín de monstruos que aparecerán (para felicitarle el cumpleaños?) y entre los que se encuentra, curiosamente, Zilla (así decidieron los japoneses llamar al monstruo de Emmerich).
Lo malo, seguramente sea que Godzilla no tiene todo el protagonismo que se quisiera, y gran parte de la acción recae en peleas entre humanos, para rellenar las 2 horas de película (la más larga de todas las existentes).




domingo, 18 de diciembre de 2011

Kin Dza Dza!



Recuperando la antigua sección de cine no americano, hoy traigo una película que vi hace más de un año, y que no se por qué he tardado tanto en comentarla, la verdad.
Hace poco, con el tema de las distopías, ya dije que destacaba como distopía rusa, de las pocas o escasísimas que hay. Muchas cosas pueden decirse de ella, rusa, rara, buena, interesante, pero creo que es rara el adjetivo que se lleva la palma, rara de cojones, de las mas raras que he visto.
Dirigida por Georgi Daneliya en 1986, trata de dos personajes, Tio Vova y El Violinista, dos humanos normales que no se conocen y un día paseando por la calle coinciden en tiempo y lugar. En ese preciso instante son teletransportados al planeta Plyuk, de la galaxia Kin Dza Dza. El planeta es totalmente post-apocalíptico, un planeta desértico plagado de restos de chatarra (atrezo realizado a partir de restos de aviones). La sociedad de este planeta esta dividida en dos clases, la acomodada y la clase baja. La clase baja vive en una total miseria y viven prácticamente a base de mendigar, especialmente traficando con cerillas (aparatos codiciadísimo). El líder del planeta es un tal Pe-Zhe, personaje casi desconocido al que todos rinden culto.
Se mueven por el planeta en una especie de estrafalarias naves espaciales, acordes con lo estrafalario de la población en general, que tiene una serie de saludos protocolarios y bailes realmente de risa. Además, como se comunican por telepatía, el vocabulario es realmente reducido, así que además de una decena de palabras, la que más utilizan es “ku”, a no ser que quieran denotar cierto enfado, entonces utilizan “kiu”.
La película narra las peripecias de los dos teletransportados por volver a su planeta y recuperar su vida. Al llegar al planeta, encuentran a dos tipejos pintorescos, de los que harán uso para intentar regresar, y, si es necesario, pasando por encima del mismísimo Pe-Zhe.
La verdad es que es una película muy rusa, tal vez demasiado rusa, lo que la hará poco comprensible para gente no rusa, o no acostumbrada. Además, aunque en Rusia es una película de culto, en el resto del mundo apenas es conocida, de ahí que solo pueda conseguirse en ruso, y con suerte con subtítulos en castellano (aunque subtítulos en inglés no deberían representar mucho problema). Y a pesar de tener un comienzo genial, y una primera parte bastante interesante, hacia el tercer cuarto se vuelve demasiado rara, y algo aburrida, pero lo compensa con un gran final.
Superados estos obstáculos, el que se atreva, disfrutará de una gran película, una de esas que además de disfrutarse en el momento, luego se recuerdan, y mucho. Una de las escenas que mejor retratan la película, así como el mundo ruso de los 80, aparece casi al principio, cuando los personajes encuentran a la pareja de paisanos de Plyuk, ante el absurdo ritual de saludo, Tito Vova comenta “Deben ser capitalistas…”

Ku!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La Bizarrada. Plan 9 From Outer Space (1959)


Bueno, aprovecho la llegada del fin de año, y además la proximidad del post #100 (este es el 98, creo, pero las cuentas están hechas un poco a voleo así que me da igual, va a ser este el 98 sí o sí). Total, que aprovecho la situación para ir haciendo algunas entradas que tenía pendientes, que me había yo entretenido en algunas bobadas y había dejado de lado algunas de mis favoritas.
Así que para hoy traigo La Bizarrada, pero no el “La” habitual, porque esta es especial, esta destaca por encima de las demás, porque a pesar de toda la cantidad, realmente ingente, de películas mucho peores que ella, ha sabido mantenerse ahí, en el top ten de cualquier lista de películas malas que se haga en ningún sitio, tal vez porque fue pionera en el mal gusto, o en la mala realización, pero ahí está, y lleva en esas listas cerca de 5 décadas.
El agente Mulder, en Expediente X, la definió como “tan absurdamente mala que resulta hipnotizante”, y aquellos que hayan visto Ed Wood (de Tim Burton), sabrán que estoy hablando de Plan 9 From Outer Space, de Edward C. Wood Jr, más conocido como Ed Wood, o también como el peor director de la historia. (Tampoco había que ser muy audaz, ya lo puse en el título de la entrada y he puesto la portada).
La película es mala, francamente mala, pero es mala con un cierto toque de gracia, ese bizarrismo del que carecen otras películas malas. Porque la película, más que mala por aburrida o por incomprensible, es mala por mal hecha, porque está soberanamente mal hecha.
Ed Wood era uno de esos directores que hacían películas sin apenas pensar en argumentos, simplemente pensaban un título audaz, acorde con temáticas del momento (mezclar palabras como monstruo, atómico, espacio exterior, gigante, etc, solía dar excelentes resultados), a partir de ahí compraba imágenes de archivo, imágenes como un pulpo en el fondo del mar, y completaba el resto con escenas rodadas casi por que sí. Para saber más sobre su modus operandi, mejor ver la película de Burton.
Pero esto no lo hacía solo el, echando un ojo a las películas baratas de la época, vemos que esto lo hacían todos, que cualquier película eran solo pequeñas variaciones sobre lo mismo. Por un lado tenemos los monstruos, sean mutantes atómicos, alienígenas, o bichos gigantes. Por otro lado tenemos al científico, que puede ser el padre o el novio de la chica, y claro, está la chica, que será el objetivo final del monstruo, y que deberá ser salvada por el novio. Además de la repetición de formas, tenemos la repetición de escenas de archivo. Algunas eran usadas solo en un par de películas, cualquier tipo de escena de movimiento de tropas militares, aviones en el aire, etc. Pero hay otras que resultan especialmente llamativas por lo repetidísimas que resultaron, como la vista aérea del Pentágono (cada vez que se quería hacer un cambio de escena a esta localización) o la famosa escena de los dos lagartos luchando, que ya mencioné en Robot Monster.
Volviendo a Plan 9, Ed Wood se la saco de la manga para dar salida a las últimas escenas que rodo de Bela Lugosi, escenas que rodo sin ningún propósito de hacer una película, solo las tenía como más imágenes de archivo. Pero el casual encuentro con un doble perfecto de Bela Lugosi, alguien que podía dar perfectamente el pego en pantalla, alguien con quien completar la película, alguien que… realmente… no se parecía en nada a Bela.
A partir de ahí, Wood se rodea de un plantel de actores realmente rocambolesco, como Lyle Talbot, que era recurrente en sus películas, Tor Johnson, un luchador que no tenía nada de actor, pero que gustó a Wood porque debió verlo imponente, o Vampira, una presentadora de un programa de terror de los 50 venida a menos.
La película en si es un cúmulo de incongruencias, carencias de todo tipo, tanto de escenarios, como de vestuario, actuaciones, etc. Algunas escenas dan autentica risa, otras casi dan pena. Pero la sensación de toda la película es que está tan sumamente mal hecha que parece un chiste, una autentica parodia, y desde este punto de vista, de ver una película realmente mal hecha que nunca pretendió ser buena, desde ahí se deja ver.
Recomendación 100%, esta no es una bizarrada cualquiera, esta es historia del cine.

martes, 13 de diciembre de 2011

Grandes Sagas. Terminator


Hablando de Schwarzenegger el otro día, vuelvo a él, necesariamente, para hablar de Terminator, porque además me vi las dos películas (otra vez, y seguidas) anteayer. La culpa la tiene Eliana, que resulta que en su creciente nivel de frikismo cinematográfico no había visto ninguna, así que tras insistir, decidió verlas, y aproveché para verlas yo también. El caso es que esto me dio una oportunidad doble, primero de volver a ver Terminator 2, debe ser la vez 15.000, más o menos, que la veo, pero además, tener una primera opinión, de alguien que la veía por primera vez (cosa que yo ya no puedo recordar, como fue mi primera impresión).

Terminator (1984)
Pero empecemos por el principio, allá por el 84, James Cameron dirige su segundo largometraje, el primero realmente original, ya que había debutado en el 81 de la mano de Roger Corman en Piraña 2.
En el futuro, un sistema de Defensa llamado Skynet tomó conciencia de sí mismo, y a partir de ese momento se desencadenó una guerra en la que las máquinas ganaron y tomaron el control del planeta. Los pocos humanos supervivientes resisten como pueden mientras son aniquilados. Bajo el mando de John Connor la Humanidad tiene una nueva esperanza, de manera que Skynet envía al pasado a uno de sus Terminator, para acabar con Sarah Connor, la madre de John, eliminando así el problema de raíz. John Connor, por su parte envía a su mejor soldado para que proteja a su madre.
La premisa era ciertamente original en la ciencia ficción, porque hasta entonces, poco o nada se habían mezclado en la misma película un futuro apocalíptico y viajes en el tiempo (a partir de entonces se haría más, recordemos 12 Monos). Una combinación de acción, tiros y ciencia ficción, aderezada con persecuciones, punkis ochenteros y mucha pirotecnia. Pero seguramente el mayor acierto de la película sea la elección de Schwarzenegger como el Terminator, una decisión que ha pasado a la historia del cine, porque tal vez en manos de otro actor habría deparado en otra película totalmente diferente, y tal vez olvidada hoy día, pero desde luego, soy incapaz de concebir esta saga sin Schwarzenegger, puede que el papel sea plano, puede que consista en poner cara de tabla y no actuar, pero desde luego, lo clava.
Echando un ojo al reparto, además de Linda Hamilton y Michael Biehn, tenemos algún que otro secundario digno de mención, como Lance Henriksen haciendo de policía (que ya trabajó con Cameron en Piraña 2, y volvería en Alien 2) y casi como cameo, aparece al principio Dick Miller como dependiente de la tienda de armas; Dick Miller llevaba apareciendo en casi todas las películas de Roger Corman desde principios de los 60.
Por ponerle alguna pega, tal vez sea demasiado incipiente, el segundo largometraje, después de ni siquiera completar Piraña 2 (que además era mala), y eso se nota especialmente en los efectos especiales, que en algunos momentos, como cuando se quita el ojo, o ya al final cuando solo es un armazón metálico, se notan bastante.

Terminator 2 (1991)
Hace mucho, mucho tiempo, cuando dediqué una semana a los 80, terminaba diciendo que los 80 terminaron en el año 91, con el estreno de Terminator 2, al volver a verla, me mantengo en la decisión. Terminator 2 seguramente sea la última gran película de los 80, después de ella todo fueron ruido y explosiones.
La historia nos vuelve a traer 2 personajes enviados en el tiempo, un modelo Terminator T-800 (nuevamente Schwarzenegger) y el nuevo modelo T-1000 (Robert Patrick). Ambos comienzan una desenfrenada carrera por ver quien llega antes a John Connor, que ahora es un adolescente (que vive en una casa de acogida porque Sarah Connor está en un psiquiátrico).
A partir de aquí no se puede seguir escribiendo sin recurrir a spoilers, así que quien aún no la haya visto, que no siga.
Al encontrar a John, se descubre que el T-800 está reprogramado para protegerlo, mientras que el T-1000 intentará matarlo. Además, es de metal líquido, por lo que además de poder tomar la forma de cualquier cosa o ser que toque, o transformar sus extremidades en armas mortales, las armas de fuego no le hacen mucho daño, apenas unos agujeros que se recomponen al instante, pero al menos los impactos logran frenar momentáneamente su ímpetu.
A partir de ese momento todo son persecuciones y huidas. El T-800 y John van al psiquiátrico a rescatar a Sarah, luego se armarán hasta los dientes e intentaran destruir el origen de Skynet, mientras siguen huyendo del T-1000.
La película, además de contar con unos efectos especiales realmente geniales, ganadores del Oscar (obra de Stan Winston), nos deja un sinfín de escenas míticas. Escenas como la persecución en moto por el canal, mientras el T-1000 los persigue en un camión, haciendo caso omiso de su integridad ya que… carece de ella, puede recomponerse. Esto hará que las persecuciones sean mucho más peligrosas, ya que el T-1000 no necesita cuidarse de accidentes. La escena del psiquiátrico, cuando el T-1000 se camufla con el suelo, o la cara de Sarah Connor al ver al T-800. La escena (retratada en Los Simpson) de la salida del psiquiátrico, cuando el T-1000 sale corriendo y se agarra a la parte trasera del coche. O la monumental escena en la que llenan de explosivos el edificio de la corporación responsable de Skynet, rodeados por la policía, a tope de pirotecnia, con el T-1000 saltando en moto a un helicóptero. O cuando el Terminator intenta aprender a sonreír, siempre me he meado con esa escena. Pero la mejor parte de todas, la que siempre me ha gustado, es el final, cuando el T-1000 se congela con el nitrógeno líquido en la siderúrgica, después se va fundiendo sin querer con todos los metales que encuentra, Sarah Connor recargando la escopeta con un solo brazo y ese pulgar en alto para cerrar la película. Sencillamente genial.

Terminator 3 (2003)
Si bien es cierto que entre la primera y la segunda distaban 8 años, no resulta descabellado entender que entre la 2 y la 3 disten 12 años. No obstante al verla queda claro que 12 son demasiados, sobre todo porque del 84 al 91, seguían siendo los 80, del 91 al 2003 es un salto de los 80 al siglo XIX, saltándose los 90. Así que hay que inventarse un malo nuevo, e intentar que sea más letal que el T-1000, pero no se consigue, ¿por qué? Sencillamente porque el T-1000 es el peor malo de toda la historia del cine, el más letal, e intentar superarlo es, como queda demostrado, una equivocación.
Ni siquiera la presencia de Schwarzenegger logra mantener la película a flote, que es simplemente un espectáculo ruidoso que solo consigue que entren ganas de volver a ver la segunda para olvidar esta. Ni que decir tiene que aquí se nota y mucho la ausencia de James Cameron.

Terminator Salvation (2009)
Si la tercera era innecesaria, ya ni contar esta cuarta entrega, ambientada en pleno apocalipsis y destrucción de la humanidad. Christian Bale, nada menos, se vende para hacer de John Connor en un mundo apocalíptico, en el que las máquinas son gigantescas y se dedican a matar humanos, es decir, lo mismo que en Transformers, maquinas grandes, explosiones y mucho ruido.
Seguramente los dos momentos que se salvan de esta película sean la aparición de un T-800 con la cara de Schwarzenegger generada por ordenador y la dedicatoria al final para Stan Winston, que falleció mientras trabajaba en esta película.

 
En resumen, la primera y la segunda entregas, pistonudas!, porque todas las sagas memorables tienen un negro pachón, y esta comienza con uno, conduciendo un camión de la basura. De basura como la tercera y la cuarta entrega.