martes, 30 de noviembre de 2010

El Sindrome de Independence Day (SID), Independence Day (1996)



En contraste con Ídolos de Paja he decidido crear dos secciones (mañana vendrá la otra). La que hoy nos atañe es el Síndrome de Independence Day (SID), que hoy, como es lógico, va dedicado a la película Independence Day, una de esas películas, que se hicieron como “grandiosas”, resultaron ser una autentica mierda, pero no obstante, con todo lo malas que son, tienen un no-se-que-de-que-se-yo que las hacen entretenidas, y las volveríamos a ver, una y otra vez. O tal vez no volveríamos a verlas, pero siguen siendo esas películas que todos saben que son malísimas, pero las cadenas de televisión aun nos las venden como un gran entretenimiento para las sobremesas.
Independence Day (1996), pues, dirigida por el lamentable Emmerich (un hombre que alguna vez hizo algo bueno, pero ya nadie se acuerda), esa película que empieza medianamente bien, con una invasión extraterrestre a gran escala, y al estilo de los años 70, nos presenta varias historias paralelas, cada una encabezada por un actor de buen nivel, la parte científica está encabezada por Jeff Goldblum (que hace un papel bastante parecido al de Parque Jurásico), la parte política por el Presidente Bill Pullman y la parte militar y de acción por Will Smith. Por si fuera poco aún hay hueco para una cuarta trama paleto-sureña en manos de Randy Quaid.
El argumento consiste básicamente en una libreadaptación de La Guerra de los Mundos, el comienzo de hecho es abrumador, una raza invencible de extraterrestres nos invaden con un presupuesto realmente descabellado para los efectos especiales (que ganaron el Oscar, claro, como Avatar, esta es una inversión segura). El caso es que las tramas se van mezclando conforme los alienígenas siembran el caos y la población tiene que huir de las ciudades y refugiarse donde puedan, que acabara siendo una base militar tan ultrasecreta que ni el mismísimo presidente de los USA sabe de su existencia. Hasta aquí la cosa va más o menos bien si exceptuamos el poco saber hacer que demuestra Emmerich con el personaje de Will Smith. Will intentó con esta película liberarse del encasillamiento de El Príncipe de Bel-Air, cosa que no había acabado de conseguir con Dos Policías Rebeldes, y que aquí tampoco lo consigue, porque a ratos esta serio, y a ratos, pues lo de siempre, y rompe toda la seriedad que más o menos podía tener la película hasta ahora.
Pero Will Smith o no, serio o cómico, poco importa, porque la película, al más puro estilo Jumping the Shark se sube a la parra ella solita. La cosa se empieza a ir de madre cuando un extraterrestre capturado le cuenta, porque si, los planes de invasión al Presidente, y luego, con un platillo capturado y que al parecer funciona, deciden ir Will Smith y Jeff Goldblum a la Nave Nodriza a desactivar los escudos de todas las naves que machacan el planeta, nada menos que armados con un portátil de principios de los 90 (imagínense que cacharro), y un virus informático que ha creado el propio Goldblum. Con 2 cojones, no sé si los alienígenas disponían de WIFI en la nave (siendo tan avanzados, igual podrían tener un sistema así), pero desde luego, el portátil dudo que tuviera WIFI, así que debieron conectar el ordenador con un puerto Ethernet (jeje, aliens pringaos, que tienen conexiones idénticas a las nuestras). Este punto es algo así como la adaptación a los 90 del final de La Guerra de los Mundos, un virus (ahora virtual) es el que acaba con los extraterrestres.
Y después del despiporre del virus, viene la parte más patriótica, descojonante (y seguramente entretenida) de toda la película. Cuando en el momento más patriótico de la historia del cine americano (superado en apenas un año, con AF1), el mismísimo Presidente se pone a la cabeza de un escuadrón de pilotos, compuesto por todo lo que pueden encontrar, para lanzarse a la Batalla Final por la Salvación de la Tierra. Pam, pum, toma pirotecnia, toma despiporre de efectos especiales, para acabar con la inmolación de Randy Quaid en esa mítica escena final.
Sí, es mala, a rabiar, cuanto más pasan los minutos, más mala es, y a pesar de todo… esta sí que volvería a verla.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Leslie Nielsen, el rey del humor absurdo.


Lunes, 29 de Noviembre de 2010, el cine despide a uno de sus grandes nombres, un genio del humor, muchas veces incomprendido (por la calidad de algunas películas) pero que siempre supo estar en lo más alto, siempre fiel a su estilo, fuese una película buena o mala, el siempre daba lo mejor de sí mismo, y es por esto que siempre será recordado.
Pero Leslie Nielsen no comenzó su carrera allá por los 80, y no siempre tuvo ese aspecto, de medio anciano con el pelo blanco que todos recordamos y recordaremos. Nacido en Regina, Canada, el 11 de Febrero de 1926, descendiente de daneses y galeses, contrajo raquitismo a una temprana edad, lo que le dejo las piernas arqueadas y una peculiar forma de caminar.
Gracias a su tío comenzó a interesarse por el cine, y tras un par de intentos, consiguió empezar a trabajar en Hollywood, y tras un buen número de papeles en series de televisión en los años 50 le llega su gran oportunidad, tras la película Rapto (1956) protagoniza Planeta Prohibido, también del 56, como el Comandante J. J. Adams. La película es todo un mito de la Ciencia Ficción de los años 50, y cuenta en su haber, entre muchos logros, haber servido de inspiración para Star Trek.
A pesar del éxito de la película, su carrera en el cine no se vio lanzada, pero no obstante si logra triunfar en la televisión durante los años 60, haciendo papeles habitualmente de “malo”. Aun a pesar de ser una de las caras más conocidas durante esta época, no acaba de triunfar en el cine, y pese al éxito de La Aventura del Poseidón (1972), en la que hacía de Capitán del barco, su fama se fue apagando y olvidando durante los 70.
Pero en el año 80 le llega su gran oportunidad, el papel que le haría triunfar en el cine, que vendría de la mano de los hermanos Zucker y de Jim Abrahams. La Película Aterriza Como Puedas, una parodia de la saga Aeropuerto, fue inmediatamente un éxito, de tal manera que incluso hoy, sigue siendo más recordada que la propia saga Aeropuerto. En esta película, no obstante, como dice David Zucker, el Dr. Rumack es un personaje muy serio, que en ningún momento se ríe, ni hace chascarrillos ni ningún tipo de broma, y aunque de hecho no es un personaje principal, se hace prácticamente dueño y señor de la película, consiguiendo llevar el humor a través de esa absoluta seriedad.
A algún geniecillo de la traducción se le ocurrió el título Aterriza Como Puedas a pesar del original Airplane! (más acorde con Airport), y la coletilla “Como Puedas” acabo siendo marca distintiva de la casa en los títulos en castellano, fuese cual fuese el título original, y titulando también películas que ni siquiera las protagonizó Nielsen (ejemplos de esta ola son: Aterriza Como Puedas 2 (es lógico siendo la 2º parte), Aprende Como Puedas, Mafia, Estafa Como Puedas, Asalta Como Puedas; en alguna tiene algún sentido por la dirección del trio ZAZ). Esta tendencia con los títulos se mantuvo hasta el cambio de siglo, cuando Scary Movie desplazo a las “Como Puedas” y a la larga todas acabaron con la coletilla Movie.
En los siguientes años hace un par de papeles en alguna que otra película, como Creepsow (82), en las que no hacia papeles cómicos, y su carrera paso un poco desapercibida. Pero el trio ZAZ tenía puestos sus ojos en él, y en el 88 estrenan Agárralo Como Puedas, una película basada en el personaje de Frank Debrin, un torpe policía que protagonizó (Nielsen) un intento de serie en el 82, llegando a rodarse solo 6 episodios. A partir de esta película su carrera se lanza. Agárralo Como Puedas (The Naked Gun) se convierte en una trilogía, tras la que vendría Dracula, un Muerto muy Contento y Feliz, película que haría con Mel Brooks, ambos coinciden en que apenas podían mirarse a los ojos porque se ponían a reír, así que durante el rodaje Brooks miraba a la oreja de Nielsen y éste miraba a la barbilla de Brooks.
Durante el resto de los 90 será recordado por películas como Espía Como Puedas (para mí, una de las mejores), Acampa Como Puedas, Mr. Magoo, ¡Vaya un Fugitivo!, 2001: Despega Como Puedas y Esquía Como Puedas. Ya en el nuevo siglo acabara siendo un recurrente cameo en las “Movies” como Scary Movie 3 y 4, Superhero Movie y Stan Helsing. A pesar de que la película es bastante mala, podemos considerarnos afortunados de haber contado con Leslie Nielsen como cameo estelar en Spanish Movie, de hecho, su última película como actor.
El 28 de Noviembre de 2010 una neumonía pone fin, a los 84 años, a una carrera aun en activo, que deja atrás unos 240 papeles como actor durante 60 años. A pesar de su fallecimiento su estrella tardara aún mucho en apagarse.


sábado, 27 de noviembre de 2010

La Película de la Semana: Caza Salvaje (1981)

En una semana en la que he visto pocas películas, el premio es, sin duda, para Caza Salvaje (1981), dirigida por Peter R. Hunt, y cuyo dueto protagonista, Lee Marvin y Charles Bronson no puede pasar desapercibido, así como los secundarios Carl Weathers y Ed Lauter.
La acción se sitúa en el territorio del Yukon, en Canadá, en 1931. Charles Bronson es un trampero que vive en una remota cabaña y que debido a una disputa por un perro acaba matando a un hombre en defensa propia. Lee Marvin, el policía montado del pueblo más cercano acude con unos cuantos hombres para aclarar lo ocurrido, pero entre esos hombres están algunos de los que crearon la disputa, y acabaran torciendo las cosas hasta el punto de iniciar una sangrienta caza en la que la presa será Charles Bronson, que hará lo posible para escapar.
La mejor parte de la película es sin duda la cacería, rodada en unos escenarios espectaculares, que es iniciada por unos pocos hombres, a los que se unirán un sinfín de cazadores atraídos por la recompensa, e incluso un piloto de la Fuerza Aerea.
Recomendable para pasar un rato entretenido, dura sobre 90 min, y bueno, va destinada a un público que ya sabe lo que quiere ver (al duo Marvin-Bronson, juntos por última vez).

viernes, 26 de noviembre de 2010

La Bizarrada. La Matanza Caníbal de los Garrulos Lisérgicos (1993)

Bueno, la bizarrada de hoy es otra de esas películas descubiertas por Lucho, La Matanza Caníbal de los Garrulos Lisérgicos (1993). La película, española, pretende ser una especie de copia-imitación-versión de La Matanza de Texas, de Tobe Hooper, (una película que a mí la verdad me parece bastante mala, aunque tiene algún momento medio interesante, el global es bastante malo), versión hecha además en plan pueblerino-amateur.
Si la película original, la de Texas, ya resulta de por sí bastante insoportable en su parte final, cabe imaginarse como de insoportable es esta otra, que es de coña. La verdad es que puede intentar verse entre amigos, borracho y/o drogado, por ver si se le puede encontrar el punto, que lo dudo.



Justo al principio del trailer pone que es de Gorevision (una productora argentina al estilo Troma), no sé si tendrían parte de producción, pero en su web no se indica nada al respecto.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Grandes Sagas (de ayer y hoy): La Jungla de Cristal

Bueno, no todo va a ser comentar y recomendar películas de los 70 (o anteriores), y cebarse con las de los últimos años, también se han hecho películas buenas en los 80 (muchas) y en los 90 (unas cuantas). Así que la recomendación de hoy, para aquellos que gustan de engancharse varias películas del tirón, una de las míticas sagas de los 90, y una fórmula infalible para enganchársela un fin de semana de aburrimiento. La saga que encumbro a Bruce Willis haciendo del policía John McClane en La Jungla de Cristal (o Die Hard, título original).
La Jungla de Cristal (1988).
Dirigida por John McTiernan (Predator, La Caza del Octubre Rojo, El Guerrero Nº 13) parece que presta al nombre a su personaje estrella. John McClane, un policía que se ve encerrado en el Hotel Nakatomi Plaza el día de su inauguración por culpa de unos terroristas que secuestran a los invitados a la fiesta. Él solito, con la ayuda de un policía del exterior (Carl Winslow de Cosas de Casa (la serie de Urkel)) tendrá que apañárselas para ir dejando fuera de combate a todo el equipo terrorista y liberar a los rehenes.
Sin duda, junto a Terminator y Arma Letal, una de las películas de acción más importantes de los 80.
La Jungla de Cristal 2: Alerta Roja (1990).
Renny Harlin dirige esta segunda entrega en la que John McClane se ve en circunstancias parecidas a las de la primera entrega, esta vez es un grupo de mercenarios que pretende liberar a un dictador sudamericano el que sembrara el caos en el aeropuerto de Dulles.
Esta segunda entrega es tal vez la peor de la saga, nada sorprendente y bastante desconcertante, McClane está demasiado solo y actúa un poco al tuntún, el “colaborador” de turno es un “chistoso” empleado del aeropuerto que aporta más bien poco.
Sin embargo tiene un detalle bastante curioso, uno de los jerifaltes que adornan la torre de control durante la película se llama Señor Barnes (pronunciado “Barns”, o sea, muy parecido a la pronunciación de Burns, cosa inapreciable gracias al doblaje), personaje que curiosamente esta doblado por la misma persona que dobla al Sr. Burns de Los Simpson.
La Jungla de Cristal 3: La Venganza (1995).
5 años hubo que esperar para ver esta tercera (y hasta el momento definitiva) parte, en la que por suerte regreso McTiernan para dirigirla. La película, a mi parecer, aunque tenga poco ya que ver con la primera (me refiero a las formas, de hecho el argumento si guarda relación), es la mejor de la saga. Haciendo caso a un dialogo de Scream 2 sobre trilogías, esta es la perfecta tercera parte, después de una 2º parte no demasiado buena, la saga vuelve a sus orígenes para cerrar viejas cuentas, normalmente terceras partes suelen ser mejores que las segundas partes.
La película lo tiene todo, un perfecto ejemplo de cine de acción de los 90. Esta vez McClane no se encuentra solo, le acompaña Zeus (Samuel L. Jackson). Juntos forman la clásica pareja de policías, uno es el loco que se lanza a todo y otro es el comedido y apático, que evita que el loco se pase de vueltas (en este caso este elemento está claramente copiado de la saga rival, Arma Letal). El malo, Jeremy Irons, también resulta ser el malo perfecto, que ha trazado un maligno y maquiavélico plan, calculado al milímetro, que además de sembrar el caos por todo Nueva York, involucra también una venganza personal contra McClane.
Plan perfecto, malo perfecto, pareja protagonista perfecta, una película redonda que nos deja cantidad de momentos para recordar.
La Jungla 4.0 (2007).
12 años después, con la saga perfectamente cerrada, nos llega esta cuarta parte, que si bien no aporta mucho a la saga, al menos tampoco la desvirtúa. En una época en la que la creatividad de los guionistas parece centrada únicamente en las series, el cine se nutre de remakes y nuevas entregas de viejas sagas.
Un último homenaje, pues, para un maduro John McClane que tendrá que enfrentarse nuevamente a un maquiavélico genio que sembrara el caos (como ocurriera en la 3, pero con temática más actual, rollo ordenadores y todo eso), y además pondrá en peligro a su propia hija, punto extra para que McClane vuelva a salvar al mundo. El compañero, francamente no da la talla, pero claro, la comparativa con Zeus es odiosa. De por medio también aparecerá un clásico friki, representado por Kevin Smith (que seguramente se autointerpreta).
Lo mejor de la película es no buscarle profundidad o formas al argumento, se trata simplemente de disfrutar viendo a McClane enfrentándose a todo tipo de cosas y de malos, para cualquiera que disfrutara de la 3, echar otro rato más (nostálgico no obstante) recordando viejos tiempos.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Ídolos de Paja: Malditos Bastardos (3 de 3)


La Venganza del Rostro Gigante
La película acaba con un segmento cuyo título recuerda levemente a Metrópolis (1927). Hitler decide ir al estreno, lo que hace que la misión, de acabar con éxito, sea de vital importancia para dar punto y final a la Guerra de manera simple y rápida. Con el intercambio de papeles de la parte anterior se da a los Bastardos la ansiada misión que se esperaba desde un principio, una misión de envergadura al estilo Doce del Patíbulo y que se parece sospechosamente al final de dicha película.
Haciéndose pasar por cineastas italianos, Aldo el Apache y dos secuaces se cuelan en el estreno junto con Von Hammersmark, con la pierna escayolada, a la que no se le ocurre mejor excusa que decir que es debido a un accidente de alpinismo, en pleno París (como hace notar Landa). Lo cual nos hace agachar la cabeza de vergüenza ante la incompetencia del MI6, cuyas mejores bazas para acabar la Guerra son el crítico de cine Hicox y la “alpinista” Von Hammersmark (si, nuevamente esto es cosa del guión, no de una inexistente realidad, pero Tarantino nos vuelve a tomar el pelo con unos derroteros del guión que están demasiado amañados para obtener el resultado que quiere). ¿Nunca se ha ido a una fiesta en la que se conoce a bastante gente, y a gente que no, y hay 2 o 3 tipos que nadie parece conocer y a los que no obstante nadie pregunta?, es arriesgado, pero creo que hubiera sido una baza más factible dado que Von Hammersmark aparece representada como toda una celebridad, a la que todo el mundo conocería, a la que todo el mundo preguntaría tanto por la pierna como por los invitados y por lo tanto la coartada estaría continuamente en riesgo de ser destapada.
Pero claro, toda la situación está preparada en el guión para que veamos la contraposición de que Landa domina 4 idiomas, Alemán, Francés, Inglés e Italiano, y los Bastardos chapurrean italiano de una manera espantosa, así que entre medias de toda la tensión de que el plan de Shoshanna de acabar con el alto mando Nazi salga bien, aparece esta tontería de por medio, que lo único que hace, una vez más, es cargarse una parte bastante buena si se limitase solo a Shoshanna.
Después de esto, Landa recurre a un guiño a la cenicienta para destapar a Von Hammersmark, vamos, será la única mujer en toda la región que calce entre un 37 y un 40, desde luego es una prueba totalmente concluyente (pero nuevamente a la mejor espía del Servicio Secreto Británico no se le ocurre nada). Y con esto se detiene a los Bastardos (teniendo Landa la audacia, para el final, de dejar a dos de ellos dentro de la sala), y coge una de las bombas, que pensaba ser detonada con un reloj comparador (un instrumento de metrología), que además está parado en el cero (vale, esto es lógico, para que llevarla cargada atada al tobillo, pero entonces, ¿Por qué suena un tic tac cuando hacen el efecto “Rayos X” a las piernas?).
Al final, como no podía ser menos, la película se resuelve de forma bastante buena por la parte de Shoshanna, aunque Tarantino se invente un final propio en el que se carga a Hitler, y de paso mete en medio a los innecesarios Bastardos, para rematarlo bien, Bastardos a los que al parecer les da igual morir asfixiados, mientras maten a Adolf.
Y como guinda del pastel, un último sketch, que lo incluye Tarantino para palmearse la espalda a sí mismo, en el que graban la esvástica en la frente de Landa.
Conclusión
En resumen, la película podría haber sido una muy buena película de haberse limitado solo a la historia de Shoshanna, de haber sido tratada con más seriedad y con más tensión, ya que se presta mucho a algo así. Para completar una duración adecuada todo ello podría estar relleno de esos auténticos diálogos de Tarantino, esos audaces diálogos plagados de humor negro, macabros a veces, muy frikis otras, que desde luego no encontramos en ningún momento en esta película, si hay diálogos, si son largos, plomizos, audaces en algún momento, pero podría haberlos escrito cualquiera, no tienen apenas nada que los haga especiales por ser de Tarantino.
La historia de los Bastardos, que da título a la película y que como he dicho, se nos presentó durante meses como la premisa comercial de la película, como la base del argumento sobra totalmente en esta película, tal vez, con algo más de humor, acción y sangre, habría dado para otra película, entretenida, de otro estilo, y si se hubiera querido, entrelazada con la historia de Shoshanna (no hay nada malo en ella).
El problema de todo no es la confluencia de dos argumentos, sino la torpeza con la que están entrelazados, que acaba con 2 grupos intentando acometer la misma misión. Sí, cierto es que ninguno de ellos conoce el plan de los otros, pero el director-guionista es el que lo ha escrito y podría haberse dado cuenta. Y todo se resume en que hay un intenso drama que se ve estropeado por estúpidos toques cómicos o macabros, y una entretenida historia de acción-comedia que en ningún momento acaba de despuntar porque es el argumento secundario.
Y venga, no todo va a ser quejarse, para los amantes de las curiosidades, además de todas las que he mencionado, alguna más:
-          Aldo Raine, procedente de Tennesse, como el propio Tarantino (típico de algunos personajes suyos), cuyo nombre es homenaje a Aldo Ray, actor de cine de Serie B de los 70. Su nombre falso italiano, Enzo Gorlomi procede del director de Quel Maledetto Treno Blindato, Enzo Girolami, que además hace de extra en la escena del estreno.
-          Hugo Stiglitz, el nombre es de un actor germanomexicano de cine Exploitation (estilo de cine que gusta mucho a Tarantino y ha servido de base para bastantes películas).
-          El narrador de la historia en el audio sin doblar es Samuel L. Jackson, y el operario de radio que negocia con Landa es la voz de Harvey Keitel, dos actores habituales de sus películas.
Y el que quiera más, que busque por internet, las que no he mencionado es porque no son demasiado interesantes o saltan mucho a la vista.
Y eso es todo, quiero volver a matizar que no me parece mala, es entretenida, aunque inconsistente argumentalmente y como película, el problema es que se nos vende humo, y es una película muy (o demasiado) sobrevalorada.
Para sucesivas actualizaciones en esta sección creo que escribiré menos, pero es que francamente, esta película daba para comentar muchas, muchas cosas.

martes, 23 de noviembre de 2010

Ídolos de Paja: Malditos Bastardos (2 de 3)


Festejos Franceses
La película, por suerte, después de la intromisión de los Bastardos, regresa a la historia de Shoshanna, que ahora regenta un cine en compañía de un ayudante negro (detalle este que chirria bastante, ya que por más que pretendan justificarlo, cualquier oficial fanático de las SS podría haberle pegado impunemente un tiro en mitad de la calle), llamado Marcel, nombre sacado del personaje de Marsellus de Pulp Fiction.
El argumento se desarrolla de manera estupenda, presentando la interconexión de los tres personajes, Shoshanna, el soldado Zoller y Landa, y los acontecimientos que llevarán a que el estreno de la película basada en Zoller tenga lugar en el cine de Shoshanna.
Esta parte sería casi inapelable, llegando a detalles tan milimétricos como que los métodos de Landa llegan al punto de ofrecer a Shoshanna un postre típico alemán, parte que podría tener que ver con la forma de comer el Strudel o tal vez con el Kosher (este punto me resulta un poco oscuro), o algún otro detalle muy cuidado como son los posters del cine, películas reales de la época como L’Assasin Habite au 21. Pero esta parte queda algo manchada por otros detalles como algunos innecesarios incisos medio cómicos como es la presentación de Goebbles.
Operación Kino
Al igual que la segunda parte era la más decepcionante, esta cuarta parte es la peor sin duda de toda la película, no por el desarrollo en sí, sino por las estúpidas premisas argumentales, que conducen a que todo tenga que resolverse con situaciones y/o excusas entre absurdas y cogidas con pinzas. Como punto a favor (al menos a favor de un poco de coherencia con el título), esta parte tiene cierta similitud en la escena de la taberna con Quel Maledetto Treno Blindato.
La primera parte de este segmento nos presenta al Teniente Archie Hicox, que antes de la Guerra era crítico de cine, experto en cine alemán, que es reclutado por el MI6 para que se infiltre en el estreno de la película El Orgullo de la Nación. La escena, una mezcla de película de James Bond y capitulo de Blackadder, resulta de por si algo estúpida, o sea que recurren a este hombre porque es experto en cine y habla alemán para que lleve a cabo la que tal vez sea la misión más importante en ese momento, acabar con todo el alto mando alemán. Creo, en mi humilde opinión, que recurrir a un espía experto, que hablase alemán (alguno debería haber, al igual que este “crítico de cine”) y darle algunas lecciones de cine habría sido algo más apropiado, y desde luego, más efectivo.
La acción se traslada al momento y lugar de la cita con Bridget von Hammersmark. Al principio la cosa va bien, el detalle de los alemanes de fiesta en la taberna estropeando la ocasión es un punto interesante (que podría haber sido resuelto saliendo del bar y reuniéndose en el piso franco de los Bastardos), pero no obstante, continúa la acción entrometiéndose un astuto oficial de las SS que ve algo sospechoso en el asunto. Para empezar, resulta ser un experto en acentos alemanes, desconozco si en Alemania tienen acentos tan marcados como aquí en España, país en el que no necesitamos ser “expertos en acentos” para distinguir un andaluz de un vasco o un gallego. Tan experto es que detecta un acento raro (inglés) en la forma de hablar de Hicox, y a este hombre elegido para decantar el curso de la Guerra no se le ocurre mejor excusa que decir que es de un remoto pueblo de las montañas, en el que todos hablan como el, coartada que defiende von Hammersmark, en vez de decir, por ejemplo, que antes de la Guerra estuvo bastantes años viviendo en Inglaterra y cogió acento (cosa que me parece más creíble que la tontería tan trillada del remoto pueblo de las montañas). Esta excusa además habría explicado también el error garrafal de pedir los 3 vasos al estilo no-alemán. En este momento todo se vuelve un caos, y en una escena acelerada que recuerda al final de Four Rooms, de repente casi todos aparecen muertos y Von Hammersmark herida en la pierna.
Cierto es que la sucesión de errores y malas excusas es cosa intencionada de Tarantino, a cualquiera se le ocurriría algo mejor, pero de esta manera se conduce el argumento hacia el objetivo que él quiere, y es que los Bastardos ocupen el lugar de Hicox. El problema es que la premisa es mala, la inclusión de Hicox es innecesaria, el comportamiento de Von Hammersmark es estúpido y al final todo tiene que resolverse usando argucias argumentales, simples trucos de artificio. Para muchos esta es la mejor parte, a mí me sigue pareciendo que Tarantino vende humo, eso sí, sabe venderlo.